martes, 20 de septiembre de 2011

huelva

l acueducto o la “Fuente Vieja”, como es conocido popularmente desde hace siglos no ha sido estudiado hasta épocas relativamente recientes. En 1996, con motivo del 25 aniversario de la Empresa Municipal “Aguas de Huelva” se realizó un estudio multidisciplinar a cargo de historiadores, geógrafos, espeleólogos y arqueólogos con objeto de conocer las características especiales de esta obra y darlo a conocer entre la población local, que apenas conocía su existencia al ser subterránea y estar oculta su mayor parte.
La especial localización de la ciudad de Onuba, en el estuario entre los ríos Tinto y Odiel y su alto aporte de sedimentos propició en el periodo terciario la creación de los llamados “Cabezos”, elevaciones de hasta 60 metros de tierra ya compactada, semipermeable y protegida por la vegetación autóctona. La “Fuente Vieja”, sorteando estos cabezos o incluso a través de ellos, suministró agua a Huelva durante los años de mayor esplendor de la ciudad romana, entre mediados del siglo I y principios del siglo II según las dataciones del estudio. Se trataba de una urbe con un importantísimo tráfico de minerales que llegaban desde las minas de cobre, oro y plata cincuenta kilómetros al norte. Pero el comercio minero no había sido el único que dio cierta importancia económica a Onuba. El salazón del pescado era otro de los pilares de la economía, procesado de pescado que requería ingentes cantidades de agua. En el estudio arqueológico se encontraron dos tuberías principales en la actual Calle Palos que confirmaron la presunción que en época romana existía un importante sistema de abastecimiento de agua para la ciudad.

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